¿Nos dejamos llevar demasiado por las primeras
impresiones?, ¿Son necesarios estos “prejuicios”?...
Ese pensamiento
que se nos viene a la mente cuando vemos por primera vez a alguien.
Estos pensamientos influyen en muchos campos, desde el: 'Ese me
quiere robar', hasta el 'Me he enamorado'. Muchas veces, como acabo
de decir, el amor puede ocurrir así pero yo no lo catalogaría de
amor, si no de atracción. Para enamorarte realmente tienes que
conocer o saber algo sobre esa persona.
Se puede decir nos acostumbramos a los
prejuicios. Ya desde pequeños nuestros padres nos dicen que no nos
fiemos de gente que tiene 'malas pintas', obviamente no tienen por
que ser mala gente, de hecho a veces la gente que peor impresión nos
causa suele ser la que finalmente nos cae mejor. Ni mucho menos culpo
a los padres de acostumbrar a sus hijos, ellos lo hacen por nuestra
seguridad.
Las impresiones suelen ir relacionadas
con todo lo exterior. Con lo que percibimos con los ojos y podemos
juzgar a primera vista. La ropa, la actitud, la complexión, si es más guapo o más feo e incluso (y por desgracia), el color de la piel.
En la sociedad hay unos prejuicios ya
implementados. Quiero decir, nuestra primera impresión al ver una
persona que viste mal o tiene mal aspecto, no va a ser la misma que
con alguien que viste bien y va arreglado. También pasa con las
personas, a veces nos puede caer mal gente sin siquiera conocerla y que después sea muy buena gente, y que alguien que parece ser buena gente, no lo sea.
Conforme crecemos y vivimos, nos vamos
dando cuenta de que es mejor, en algunas ocasiones, no dejarse llevar
por las primeras impresiones y esos prejuicios, y conocer a la
persona en cuestión. Nos podemos llevar gratas sorpresas si nos
paramos a juzgar por como son, y no por lo que parecen ser.

No hay comentarios:
Publicar un comentario