A lo largo de nuestras vidas, encontraremos momentos en los
cuales deberemos tomar alguna que otra decisión, la cual podrá cambiar nuestro
futuro, ya sea para bien o para mal, para ello haremos uso de dos elementos que
nos ayudaran en ello: la razón y el corazón.
La razón, se basa en nuestros conocimientos y en la lógica,
es cierto que hay personas que piensan que normalmente nos dará la respuesta
correcta o la más sensata, pero no por ello le haremos siempre caso, ya que se
enfrenta contra un rival que nos hace dudar de la misma razón, el corazón.
El corazón, se basa en las emociones y los sentimientos, al
contrario de la razón no suele dar la respuesta correcta, pero yo al menos creo
que es la que nos aporta ese toquecito de emoción a nuestras vidas. Ya sea
haciendo alguna tontería sin pensarlo siquiera para alegrarle el día a aquella
persona especial para nosotros o bien impulsándonos a hacer algo que si lo
llegásemos a pensar seguramente no haríamos, como pedir salir a alguien o saltar desde algún
pequeño acantilado al mar.
Sinceramente la una no podría estar sin la otra, ya que hay
situaciones en lo que será recomendable
usar una y en otras usar lo otro, debido a que no es bueno dejarse guiar
simplemente por una de las dos, yo opino sinceramente que hay que dejarse un
poco llevar por el corazón, porque si la vida estuviese pensada para razonar
todos los problemas que se nos planteasen.
¿Cuál sería su finalidad? (sin contar con la obvia de bombear sangre) ,
posiblemente ninguna, pero ese no es el caso en esta vida.
En conclusión, tanto la razón como el corazón son necesarios
para esta vida, para superar todos los problemas que se nos planteen, es ya
nuestro deber hacer uso de ambas para hallar la mejor solución posible.

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