EL CEREBRO ES AL DORMIR LO QUE EL
CORAZÓN AL SOÑAR.
Muchas veces actuamos irracionalmente, es decir, no pensamos
en nuestros actos, simplemente nos dejamos llevar por impulsos emocionales o
instintivos, en estos casos la decisión tomada no pasa por la parte racional del
cerebro, por eso se dice que actuamos con el corazón, porque realmente la
parte de lógica y racional del cerebro no la usamos, y este nunca podrá llegar
a entender dicha decisión. Por ejemplo, cuando te dicen que digas un número del
uno al veinte, el primer número que se te viene a la cabeza es el que
instintivamente creemos que es, pero no atiende a ningún tipo de lógica que nos lleve a deducir que ese es el número en cuestión.
Realmente el corazón no tiene ninguna presencia en ninguna
toma de decisiones, pero a este se le atribuyen las decisiones y sentimientos que
tenemos “porque sí”, por ejemplo, cuando amas a una persona no lo haces por
algo especial ni algo que se pueda explicar, sin embargo la quieres y sientes
algo diferente hacia ella que hacia el resto de personas. Esto racionalmente es
completamente imposible llegar a entender por qué ocurre. Nuestra parte
racional y lógica no interviene para nada en los sentimientos, puesto que si así
fuese a casi todo el mundo le gustarían las mismas cosas puesto que sería lógico
que te gustara una cosa u otra, sin embargo, cada uno tiene unos gustos
totalmente distintos a los de los demás, es decir, que cada uno siente una
atracción instintiva o emocional hacia unas cosas u otras.
En definitiva todo esto viene a decirnos que hay una parte de
nosotros, que ni nosotros mismos tenemos explicación para ella, y que no
controlamos racionalmente.
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