domingo, 24 de noviembre de 2013

La teoría no lo es todo

En la vida, muchas veces, queremos hacer las cosas siempre desde un procedimiento fijo, unas reglas que nos han dado a seguir, un patrón preestablecido. A esas reglas, las llamamos teoría. Pero, ¿Hay realmente otras formas formas de aprender más fáciles que leyendo un libro y siguiendo lo que éste nos dice?

Sí que las hay. Y además, son incluso mucho más efectivas que seguir las pautas de un libro. Entonces, ¿por qué seguimos aprendiendo a base de libros? Cada día en clases, se añaden cada vez más recursos tecnológicos, eso sí. Pero, dónde están esos experimentos de laboratorio, por poner un ejemplo, que nos harían aprender mucho más en química o biología. Desde luego, al menos en mi colegio y no creo que en muchos se hagan cosas por el estilo por lo que la gente dice. Y no hablo de algo de una vez semanal, sino de algo diario. Está demostrado en muchos experimentos, que prácticamente se aprenden muchas más cosas que sólo con el libro. ¿Cómo lo sé? El simple hecho de estar sentado en una mesa leyendo y haciendo problemas, es aburrido. Sin embargo, hacer algo que implique moverse, que implique estar atento de algo, y sea dinámico, ¿ a quién no le atrae? Llamaría mucho más la atención a los alumnos, prestarían más interés y por lo tanto aprenderían más. Así que, ¿dónde esta la clase práctica diaria? Quizá incluso el sistema educativo debería incluirlas como obligatorias en las escuelas, porque eso beneficiaría a todo el país que ahora mismo nos hace mucha falta.


Para concluir, hay que decir que si nos quedamos en la teoría, nos estamos perdiendo algo. Nos perdemos cómo pasan las cosas en la vida, podremos saberlas porque nos las han contado, pero, verlas con nuestros propios ojos, sería mucho mejor que leerlas de un simple libro, ¿no es verdad?

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