En la vida, muchas veces, queremos hacer las cosas siempre
desde un procedimiento fijo, unas reglas que nos han dado a seguir, un patrón
preestablecido. A esas reglas, las llamamos teoría. Pero, ¿Hay realmente otras formas
formas de aprender más fáciles que leyendo un libro y siguiendo lo que éste nos
dice?
Sí que las hay. Y además, son incluso mucho más efectivas
que seguir las pautas de un libro. Entonces, ¿por qué seguimos aprendiendo a
base de libros? Cada día en clases, se añaden cada vez más recursos
tecnológicos, eso sí. Pero, dónde están esos experimentos de laboratorio, por
poner un ejemplo, que nos harían aprender mucho más en química o biología.
Desde luego, al menos en mi colegio y no creo que en muchos se hagan cosas por
el estilo por lo que la gente dice. Y no hablo de algo de una vez semanal, sino
de algo diario. Está demostrado en muchos experimentos, que prácticamente se
aprenden muchas más cosas que sólo con el libro. ¿Cómo lo sé? El simple hecho
de estar sentado en una mesa leyendo y haciendo problemas, es aburrido. Sin
embargo, hacer algo que implique moverse, que implique estar atento de algo, y
sea dinámico, ¿ a quién no le atrae? Llamaría mucho más la atención a los
alumnos, prestarían más interés y por lo tanto aprenderían más. Así que, ¿dónde
esta la clase práctica diaria? Quizá incluso el sistema educativo debería incluirlas
como obligatorias en las escuelas, porque eso beneficiaría a todo el país que
ahora mismo nos hace mucha falta.
Para concluir, hay que decir que si nos quedamos en la
teoría, nos estamos perdiendo algo. Nos perdemos cómo pasan las cosas en la
vida, podremos saberlas porque nos las han contado, pero, verlas con nuestros
propios ojos, sería mucho mejor que leerlas de un simple libro, ¿no es verdad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario