¿Qué sería del ser humano si no
tuviera nada por lo que luchar, por lo que esforzarse y si es necesario,
realizar algún sacrificio? Viktor Frankl expresa en el título de su obra la
necesidad vital del hombre de encontrar sentido a su vida, de buscar razones
para seguir viviendo, para alejarnos de una existencia inocua. Entonces, la
pregunta realmente es, ¿cómo debemos afrontar nuestra existencia?
Muchos piensan que lo que le arrebata el sentido a
nuestra vida son las desilusiones, las decepciones, los fallos, que hacen
sentir al que los sufre el ser más desgraciado. El filósofo austriaco defiende
que de estas experiencias debemos extraer enseñanzas, que ayuden a reforzar el
sentido de nuestra vida. El hombre vive, se ilusiona, sueña, sin pararse a pensar,
sin meditar sobre si lo que hace le perjudica o le beneficia. Por tanto, en el
momento en el dejemos de soñar, de imaginar, para abandonarnos a una vida sin
emociones, podremos darnos por desahuciados, nos faltarán ganas de vivir y entonces sí que nuestra vida
carecerá de sentido.
El tema del sentido de la vida ha maravillado al hombre
desde siempre y nunca falta aquel que quiere reducirlo a algo esquemático,
sencillo y comprensible. Lo cierto es que esto es imposible, no podemos buscar
el sentido de nuestra vida en un libro, en internet, ni siquiera en nuestro entorno,
cada uno debe encontrar su propio sentido a la vida, de manera individual.
Para algunos, los términos "sentido de la vida"
y "destino" pudieran ser sinónimos, en absoluto es así. Hay grupos de
personas que creen que han venido a parar aquí con un objetivo, estos
colectivos se dejan dominar por su destino y actúan en consecuencia a lo que éste
les dicta. No se nos impone un sentido a la vida, ni siquiera este permanece
inalterable en el trascurso de nuestra existencia. Nosotros elegimos qué
sentido darle a nuestra vida, porqué luchar y que obviar, por tanto nosotros
somos los dueños de nuestro devenir.
Podemos afirmar que el título que Frankl dio a su obra,
es sin duda, la tarea más importante para el ser humano, que bien llevada,
nunca se verá concluida y de la que el hombre no puede desprenderse, a riesgo
de su propia vida. Prometamos desde hoy trabajar para encontrar un nuevo
sentido a nuestra vida cada mañana, que nos impulse a no abandonar nunca, las
ganas de vivir.

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