domingo, 26 de enero de 2014

El lado insensible

Toda nuestra especie, durante generaciones y generaciones, hemos presumido de ser el ser vivo más espabilado e inteligente, el mejor, el ser dominante. En muchas facetas lo demostramos, no obstante, nuestra racionalidad en determinadas ocasiones desaparece, en ocasiones realizamos actuaciones que echan a perder nuestro fabuloso prestigio.

El hombre es un ser sensible y amable, algo que ha demostrado en innumerables situaciones, movimientos y organizaciones. Constantemente se reconocen las extraordinarias capacidades de éste para realizar buenas obras. Por desgracia, no todos los seres humanos somos perfectos, tenemos defectos, que nos hacen ser irreconocibles en nuestra especie. A la hora de solucionar conflictos, el ser humano no siempre afronta las situaciones correctamente, en ocasiones actuamos sin percatarnos del daño que generamos.

Desafortunadamente, son muchos los ejemplos de calamidades causadas a mano del hombre. Grandes revoluciones de la historia, incluso actualmente se dan, demuestran la falta de sensibilidad que hemos llegado a tener. Las consecuencias provocadas por el nazismo son un claro ejemplo de fatalidades creadas por el hombre, que han destruido sentimientos y vidas de nuestra propia especie.

No somos el ser vivo perfecto como desearían muchos, pero sí está en nuestra mano el progreso. A veces carecemos de consciencia, de saber afrontar decisiones correctamente, lo que da lugar al empobrecimiento de nuestra especie.


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