domingo, 26 de enero de 2014

El sentimiento de los sufridores

La apatía es la falta de emoción, motivación o entusiasmo. Es un término psicológico para un estado de indiferencia, en el que un individuo no responde a aspectos de la vida emocional, social o física.

La apatía es aquello que te hace perder el sentido de la vida, de una manera o de otra aquel que tiene apatía, no tiene un motivo por el que vivir, no tiene nada por lo que luchar, ya que no le importa nada.

La apatía puede surgir por altos niveles de sufrimientos, angustia, desolación,desamparo que como mecanismo de defensa ante las emociones sufridas que se reprimirán.
La apatía también puede surgir por la costumbre, la costumbre a ver o sentir cosas que no provocarían la misma reacción de no ser porque las padeces todos los días y se convierte en algo cotidiano.Un gran ejemplo de ésto se presenta en el libro de Viktor Frankl dónde  los prisioneros se vuelven totalmente apáticos ante el sufrimiento, dolor, e incluso muerte de los demás al tener que convivir con ello día a día en el campo de concentración, dónde les sacaron a base de duros golpes psicológicos y físicos la capacidad de sentir las emociones, entre las que podría destacar la empatía por sus compañeros, los nazis consiguieron volverlos a algo parecido a animales, que sólo buscan la manera de sobrevivir, sin importar cómo.
Aunque la apatía es mayoritariamente algo negativo, también existe una apatía positiva, esa apatía es la que una serie de sabias personas muestran cuándo saben que hay determinadas cosas que no merecen de su atención y no le prestan mayor importancia, como cuando una persona que está siendo insultada no deja que los insultos le afecten ni lo más mínimo, ya que es algo que carece de importancia para aquella persona que sabe lo que le conviene y lo que no.

La apatía es un sentimiento con dos caras, la mayor de éstas caras es la cara de la apatía negativa, está apatía es aquella que no te permite sentir emociones ni buenas ni malas, lo cuál puede servir de un escudo protector para algunos momentos determinados, como le sirvieron a los prisioneros de los campos de concentración, pero no un escudo para toda la vida, ya que la vida hay que sentirla, si no, ¿para qué está?. El otro tipo de apatía, menor que la primera es aquella que te permite no prestar mayor atención a las cosas innecesarias en tu vida que mayoritariamente te perjudican.

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