domingo, 12 de enero de 2014

El amor nuestra más preciada prenda



Cuando nos referimos a amor no solo nos referimos a la componente sexual del amor, también nos referimos a todas las vertientes del amor tanto amor a un ideal, amor a una persona, a un objeto o a un concepto.

El principal sentimiento del amor es la aniquilación de la propia persona. El individuo precisa eliminar psicológicamente su existencia para poder amar. La muerte del yo del sujeto activo de amor es necesaria para poderse implicar en su máximo exponente con el objeto pasivo de amor. Si el sujeto activo sigue teniendo conciencia de si mismo no será un acto de amor si no un acto de compasión o de pena. Resumiendo este concepto, amar es poder llegar a morir por alguien o algo.

Los objetos pasivos de amor están íntimamente relacionados con los conceptos que las personas están dispuestos a conservar y a engrandecer. Una persona puede llegar a morir por otra u otras personas para protegerlas, también puede morir por defender a su patria y a sus compatriotas, puede morir por un ideal como le pasó a Rafael de Riego con el liberalismo, puedes morir por dinero o por riquezas. Casualmente son las mismas razones por las que una persona podría llegar a matar.
Si analizamos estos actos de amor activo, la impresión que dan es de actos de extremo desinterés. Donde el sujeto activo da todo sin esperar nada a cambio. Pero la pregunta que nos surge es ¿qué obtiene realmente el sujeto activo de tales actos? La respuesta es la clave del amor. Lo que obtenemos es un sentimiento imponderable de gratitud hacia nosotros mismos al poder desprendernos de nosotros por algo o alguien ajenos a nosotros mismos. Se trata por tanto de un sentimiento desinteresado externamente y egoista internamente.




Todos los seres humanos sentimos el deseo de no querer ser nosotros, de salir de nuestro cuerpo e invadir otro que nos guste más. Envidiamos a todos nuestro congéneres por no tener que sobrellevar nuestra vida, por no tener que acarrear con todos nuestros defectos y nuestros males. El camino más rápido para huir de nosotros es el amor hacia algo, es el poder desinhibirte de tu propia personalidad para poder integrarte en algo con lo que te identificas más que con tu propio ser.

Con el amor pasamos a formar parte de algo más grande, deseamos ser importantes, darle un sentido a nuestra vida. Amas a tu amante, ya que así no eres una sola persona, tienes que preocuparte por dos individuos que dependen el uno del otro. Amas a tu familia, ya no solo eres una persona además eres tu mujer/marido y tus hijos que dependen de ti. Amas a tu país, ya no solo eres un individuo, eres cuarenta y cinco millones de personas más que comparten un mismo paradigma. Amas a un ideal como el capitalismo, ya no eres solo una persona, eres parte de un concepto y una filosofía que aplicas a tu vida diaria. Todo nuestro amor nos marca unas metas que nos auto-imponemos para alcanzar la sensación ya definida de gratitud.

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