jueves, 5 de junio de 2014

La mentira es nuestra verdad.



La mentira y la verdad son valores inseparables del ser humano, donde esta la verdad, bajo su sombra, también esta la mentira. Ambas son valores basicos en nuestra vida, pero ¿somos capaces de discernir entre ambas?.

La verdad y la mentira son valores que determinan nuestra realidad, cuanto más usemos una u otra nuestra percepción de la realidad variará. La verdad nos da una percepción de la realidad mas fiable ya que se basa en las cosas tal y como son. En cambio, la mentira distorsiona nuestra realidad.

La mentira es el contrapuesto de la verdad. Se basa en la distorsión de la realidad mediante engaños. Esto ocasiona que las persona a veces se autoengañen, que vivan en una realidad modificada al capricho de cada uno porque a veces nos cuesta aceptar la verdad. Generalmente, el ser humano usa la mentira para su beneficio propio, para sacar una ventaja, ya que controla la situacion a su antojo sin que los demás nos demos cuenta de ello. Pero esto tiene una desventaja que en muchas ocasiones no tenemos en cuenta. Es cierto que la mentira nos puede beneficiar en algunos aspectos pero tambien nos perjudica en otros y no solo a nosotros, sino a los demás. 

La mentira hace que la verdad quede oculta bajo un manto que los demás no podemos traspasar. Esto ocasiona que aunque la mentira nos beneficie puede que a otros les perjudique de algun modo por no querer aceptar la realidad por miedo a que piensen los demas o por no querer aceptar la responsabilidad que conlleva.

Como ultimo aspecto hay que señalar que aunque la mentira nos da cierta ventaja sobre los demás, a la larga nos puede perjudicar. En el caso contrario, la verdad nos beneficia tanto a los demás como a nosotros mismos tanto a nivel ético como a nivel personal. 


domingo, 1 de junio de 2014

¿Sois sinceros?

¿Es la vida tan fácil para que sepamos lo que decir en cada momento y no necesitamos una salida, un plan b, algo que te saque de apuros?, en ese caso ¿engañar estaría justificado?
 La verdad es información que damos sin cambiarla ni modificarla, algo que decimos a los demás sin miedos, pero no es tan fácil, por ejemplo: cuando tienes que hacer algo importante y no lo haces y tus padres te piden explicaciones, o cuando sacas peores notas de las que esperabas...
En fin, la verdad es lo que usamos cuando no tenemos con que responder o defendernos ante alguna pregunta o acusación.
En cambio la mentira es una artimaña o recurso que usamos cuando no sabemos que responder o simplemente la usamos para sobrevalorarnos o a alguien o a algo, esta la podemos usar en muchas ocasiones ya que es algo que al ser humano no nos cuesta pero que no deberíamos usar ya que con su uso conseguimos la desconfianza de mucha gente

¿Mentir como forma de vida?

El engaño es una característica que permite manipular la realidad para que sea de nuestro agrado pero, ¿el engaño puede estar tan conectado a nuestra forma de vida como para formar parte intrínseca de ella? ¿Vivimos en una realidad falsa llena de mentiras?

Desde la antigüedad el engaño ha sido imprescindible para el éxito evolutivo. Los antepasados luchaban con astucia siendo la mentira  el arma para conseguir sus objetivos.  La mentira ha existido siempre como una cualidad muy ventajosa, gracias a la cual podemos crear falsas realidades y utilizarlas en nuestro propio beneficio. Con ella manipulamos la mente de los demás e incluso podemos manipular nuestra propia mente creyéndonos nuestras propias mentiras. Es esta mentira la herramienta para aislarnos de la realidad cuando no queremos aceptarla y nos sentimos abrumados ante ella. Nos engañamos a nosotros mismos, reprimimos los recuerdos, inventamos otros, racionalizamos el comportamiento, elevamos la  opinión que tenemos de nosotros …todo  para nuestra mayor satisfacción, ya que todos preferimos una mentira que te haga feliz que una verdad que te haga llorar. Tantas utilidades del engaño hacen que continuamente por una o por otra cosa mintamos y vivamos en una realidad ficticia. Además, Al igual que nosotros mentimos, también estamos rodeados de una gran cantidad de mentiras, de las cuales solo somos capaces de captar la mitad de ellas. Y así, si vamos más allá podemos decir que toda la sociedad y los sistemas establecidos  y el gobierno es una gran mentira que aceptamos como verdad. Pero más allá de todo esto poseemos una conciencia humana que nos advierte que este no es un modo correcto de vida y a la larga lo único que hace es perjudicarnos.

Sean cuales sean las mentiras está claro que ocupan una gran parte de nuestra existencia  y las hemos interiorizado como una forma de vida incorrecta y falsa de la que deberíamos desprendernos y vivir en la verdad y de una manera más sencilla. 

Mentiras como forma de vida

Antes de nada el significado de la palabra mentira es: Una mentira es una declaración realizada por alguien que cree o sospecha que es falsa en todo o en parte, esperando que los oyentes le crean, ocultando siempre la realidad en forma parcial o total.

Nuestra vida se basa mayoritariamente en las mentiras ya que las mentiras nos ayudan a “defendernos” debido a que gracias a las mentiras podemos ocultarnos y ser quien en realidad nos somos. Todo el mundo a mentido alguna vez en su vida solo por el hecho de salir ganando en una situación en la que estaba claro que si se decía la verdad saldría perdiendo. Los seres humanos realizamos este acto de  forma refleja la mayoría de las veces solo por intentar salir ganando nosotros a pesar de que debido a esa mentira otros puedan salir perdiendo. Aunque normalmente mintamos no quiere decir que sea algo malo el mentir.

Es algo malo en el momento en el que esas mentiras se convierten en algo patológico y empiezas a mentir como mecanismo, en ese caso pasas de mentir como manera de defensa a mentir como manera de satisfacerte, y esto es como el alcoholismo que aunque te trates en cuanto te pongan alcohol delante tuya vas a intentar bebértelo, es decir que aunque seas tratado por un terapeuta siempre vas a tener la necesidad de mentir y la primera de cambio que te veas con necesidad de mentir lo harás.

En definitiva mentir es bueno pero siempre con precaución.

CONCIENCIA

¿Por qué mentimos? ¿Cuándo lo hacemos? El ser humano desde que tiene entendimiento utiliza la mentira.¿Por qué le miente un niño inocente a su madre cuando le pregunta si ha roto el jarrón? Pues básicamente por miedo al castigo.
¿Por qué seguimos mintiendo cuando nos hacemos mayores si ya no nos castigan?.Se nos aumentan los miedos: miedo al rechazo, miedo a perder tu trabajo, miedo al qué dirán, miedo al mostrarte como eres, personas que su vida es una pura mentira e incluso se engañan así mismos, mentiras para ganar dinero, votos, información manipulada .... Esta claro que la sociedad en la que vivimos se mueve así, hasta el punto en que únicamente confiamos en las personas con las que dormimos pared con pared. ¿Podría darse un mundo sin mentiras? Un mundo sin mentiras es una utopía,  la mentira es consustancial al ser humano, no queremos sufrir, que no sufran los demás y sacar el máximo beneficio.
El doctor le niega la enfermedad terminal  al paciente, uno se ve mejor persona así mismo de lo que es, el tendero vende unos yogures caducados por un día.
En esta sociedad mentirosa irremediable, el individuo se  analiza y usa la mentira únicamente frenada por su conciencia.

Somos personas

Mentira es la falta de verdad o tergiversación de la misma con fines de evitar una sanción o reproche, hacer daño, obtener un beneficio, para lograr el aprecio de otro, para ocultar una realidad dolorosa o vergonzosa, para evitar un sufrimiento (mentira piadosa) o simplemente por hábito, realizada en forma deliberada. El que miente habitualmente se llama mentiroso, pues fabrica una realidad que no existe, y a veces puede llegar a creer en sus propias mentiras
Todos deseamos quedar bien ante los demás. Nos importa demasiado lo que opinen de nosotros, es un cierto narcisismo oculto, algo que creemos que no somos pero que en realidad llevamos grabado en nuestra impronta.
Nuestro cerebro lleva marcado a través del ADN una serie de impresiones ancestrales, algo que generación tras generación hemos ido heredando, el ser humano es así, muestra ser humilde, devoto, empático, cuando en realidad es todo lo contrario, primero yo y después lo que venga, incluso el más piadoso de los hombres busca llamar la atención con su exagerada bondad.
Mentimos para ocultar nuestra verdadera cara, para quedar bien ante los demás, para salir de un apuro, para que nos quieran más que a otro, pero siempre con el mismo fin, aparentar lo que no somos, sacar el máximo provecho de nuestra imagen. Sea cual sea nuestra circunstancia en el día a día, solemos mentirnos a nosotros mismos para engañar a los demás con falsas apariencias.

¿Has dicho alguna verdad en las últimas 24 horas?

El motor de la ilusión
“¡Han llegado los reyes!” Esta frase sale por la boca de niños emocionados mientras despiertan a sus padres todos los años en millones de hogares del mundo. Y esta frase es una mentira. Una mentira que moviliza todos los años a millones de personas en los lugares más recónditos del planeta. Pero al fin y al cabo, no es algo que le produzca daño y secuelas morales a nadie. Todo lo contrario. Llena de alegría y emoción a los más pequeños, y de ilusión y expectativas las semanas previas por ver cumplidos sus deseados caprichos.
Todos los años escuchamos frases del estilo de “Vamos a bajar los impuestos”, “Vamos a subir el salario mínimo” o “Va a bajar la cifra del paro” en una serie incontable de meetings políticos, que aparecen en la portada de numerosos periódicos nacionales y que resumen el guion de noticias y telediarios. Estas afirmaciones son el resultado de promesas electorales debido a las cuales miles de votantes acuden a las urnas a dar su apoyo a uno o a otro partido político, fruto de la ilusión por una futura situación del país mejor a la actual. Pero todas estas promesas suelen quedarse en un engaño.
Estos ejemplos ratifican que la ilusión en muchos casos suele ser fruto del engaño. No podemos saber si esas promesas de los políticos van a ser realidades en un futuro, pero si tuviésemos que apostar porque van a cumplirse, un razonamiento lógico nos llevaría a no hacerlo.

En cambio, la ilusión que siente un niño en el día de epifanía, su esperanza por convertirse en Cristiano Ronaldo, en Messi o en una princesa, no es comparable con la de un adulto por el cumplimiento de unas promesas políticas. Pero estas fantasías que tanto ilusionan al niño, son un engaño, o al menos en su gran parte, de manera que esta ilusión esta movida y condicionada por la mentira.

¿Posible aliada?

El ser humano, desde siempre ha tenido una tentación para mentir antes que para decir la verdad, debido a que desde años atrás, la mentira ha sido una aliada par el hombre hasta el punto de llegar a salvarle la propia vida. Aunque continuamente se escuche que se debe decir la verdad, ya que mentir está mal y demás, se nos viene a la cabeza la siguiente pregunta: ¿Por qué voy a tener que ser sincero con alguien que me ha mentido?

 Pero la decisión de mentir  o decir la verdad ya dependerá de la persona y de la situación en la que se encuentre, ya que no tomaremos la misma decisión por ejemplo, hablando tu mejor amigo/a no sientes la necesidad de mentirle, pero si estás hablando con una persona que no te cae precisamente bien o que simplemente no tienes suficiente confianza con ella, si te pregunta algo que no te apetece que él/ella sepa, seguramente se opte por engañarle, así manteniéndonos a salvo.

Se podría llegar a decir que la mentira es un mecanismo de supervivencia que utilizamos cuando sentimos que la verdad puede meternos el algún problema.


Con todo esto no digo que la mentira sea algo bueno, ni por tanto algo malo, siempre se dirá que es más recomendable decir la verdad, pues una persona sincera será elegida antes que a una que tiene tendencia a engañar continuamente.

Absolutamente verdad


La "verdad" es una palabra cuyo significado emana autoridad. Esto es así porque este significado, que ha sido(y sigue) desfigurado durante la historia por diferentes agentes, se podría decir que cualquier persona lo es ya que todos y cada uno buscamos nuestra verdad personal, aquella que se atenga a nuestras condiciones y/o necesidades, tiene una repercusión real en nuestras vidas, más allá de lo que al lenguaje se refiere.


 Acerca de esto, Friedrich W. Nietzsche escribe:
" [...]se fija lo que a partir de entonces ha de ser “verdad”, es decir, se ha inventado una designación de las cosas uniformemente válida y obligatoria, y el poder legislativo del lenguaje proporciona también las primeras leyes de verdad, pues aquí se origina por primera vez el contraste entre verdad y mentira. El mentiroso utiliza las designaciones válidas, las palabras, para hacer aparecer lo irreal como real; dice, por ejemplo, “soy rico” cuando la designación correcta para su estado sería justamente “pobre”. Abusa de las convenciones consolidadas haciendo cambios discrecionales, cuando no invirtiendo los nombres. Si hace esto de manera interesada y que además ocasione perjuicios, la sociedad no confiará ya más en él y, por este motivo, lo expulsará de su seno. Por eso los hombres no huyen tanto de ser engañados como de ser perjudicados mediante el engaño; en este estadio tampoco detestan en rigor el embuste, sino las consecuencias perniciosas, hostiles, de ciertas clases de embustes. El hombre nada más que desea la verdad en un sentido análogamente limitado: ansía las consecuencias agradables de la verdad, aquellas que mantienen la vida; es indiferente al conocimiento puro y sin consecuencias e incluso hostil frente a las verdades susceptibles de efectos perjudiciales o destructivos. "
                                       Nietzsche: Sobre verdad y mentira en sentido extramoral.


La verdad es algo que al existir hace posible a la mentira. Es decir, la existencia de una es condición de la otra. Ahora bien, ¿qué es la verdad y qué es la mentira, que conviertan estos dos conceptos gemelos en polos opuestos? La verdad es ciertamente un Invento humano, necesario para describir y clasificar los hechos y las acciones que se producen a nuestro alrededor y que son todas "de un mismo modo válidas". Por otra parte, la mentira la entendemos como aquella información proporcionada, con intención engañosa o no, que expresa estos hechos o acciones de un modo incorrecto, inválido o tergiversado. Esto implica que una persona sincera que sin querer cuente una mentira(porque él "sabe[piensa]" que es así) seguiría diciendo una mentira.

Y yo, respondiendo a esta pregunta, paradójicamente me hallo en la necesidad de formular otra pregunta al respecto: ¿Acaso es la verdad, o la mentira, absoluta? Según estos conceptos y el ejemplo formulado, puedo decir que la verdad Sí es absoluta, un hecho solo tiene una verdad, pero los humanos somos incapaces de encontrar el mismo camino hacia ella, y arrastraremos muchos caminos de ella, recorriendo el que más se adapte a las consecuencias más favorables.





No es tan malo como lo pintan

Los humanos, nos hemos acostumbrado a usar la mentira como un medio para vivir, sustituyéndola casi por completo por la verdad que hoy día tanto cuesta admitir. Tanto es así, que según un estudio, nos creemos una de cada dos mentiras, es decir nos creemos la mitad de ellas. Nos engañamos unos a otros constantemente, pero como nadie sabe nada, nos lo seguimos creyendo y no mejoramos en nuestra capacidad de detectar todas esas mentiras y entramos en un bucle de engaños del que es complicado salir. Sin embargo, ¿es engañar siempre algo malo? Puede que no sea así.
Realmente la mentira es útil a veces. Un claro ejemplo son los animales. Estos se hacen los muertos muchas veces cuando el ser humano se quiere aprovechar de ellos. La mentira que han hecho les ayudará luego a poder sobrevivir si es que las personas los despreciamos por “no tener vida”.  Hay que decir también, que este suceso de creernos la mentira de estos animales o de cualquier otra cosa, es porque, como dijo Feldman, nuestro cerebro tiende a creer que todo lo que ve y detecta es verdad. Así por ejemplo, cuando vamos por la calle y vemos a un señor “flotando” en el aire, tendemos a pensar que no es verdad, pero no somos capaces de ver el por qué, y nos acabamos creyendo su engaño y ahí es donde está la magia de estas personas.

Las reacciones que solemos tener cuando nos enteramos de que alguien nos ha ocultado la realidad sobre algo es en muchos casos enfadarnos. ¿Debería realmente eso ser así? Siendo objetivos, no. Porque todos mentimos alguna vez y no es agradable que alguien se ponga en tu contra por haber hecho algo mal. Más que nada, deberíamos aprender a ponernos en la situación del otro y ver qué le ha podido llevar a mentir y si es razonable o no. La actitud que solemos tener ante la demostración de una mentira demuestra que los seres humanos miramos poco más allá de nuestro ombligo, sin saber qué ha podido llevar a otra persona a realizar este tipo de actos.


La mentira no es al fin y al cabo algo tan malo, es simplemente algo que los humanos tenemos que utilizar como un recurso para salir de situaciones que no serían idóneas para todos, y muchas veces nos alivia bastante de cargas que pueden resultar bastante pesada. Mark Twain dijo una vez: “Nadie podría vivir con alguien que dijera siempre la verdad”. Y qué razón tenía. Imagina vivir con alguien que nunca mintiera, te daría más de una decepción porque como se suele decir, la verdad duele.

Otra forma de ver las cosas

 Vivimos en un mundo en el cual basamos nuestra forma de vivir según lo que ciertas personas con poder nos hacen creer, pero ¿verdaderamente vivimos en una verdad?¿o el mundo es una contínua mentira? Cada cual puede pensar lo que quiera y cada uno creerá una cosa u otra.

  Mentir, es algo que a medida que pasa el tiempo el ser humano, la ha desarrollando para que conforme nos hagamos mayores esa cualidad sea cada vez mejor en el sentido de que cada vez nos cueste menos mentir y hacerlo de forma para que no se note.
   Desde que somos pequeños nos hacen creer que un cierto hombre vestido de rojo y con una prominente barba blanca o tres grandes reyes venidos del lejano oriente, se recorren el mundo en una sola noche para ir a cada una de nuestras casas para darnos unos ciertos regalos que posteriormente ellos mismos con la ayuda de pequeños personajes han creado. Todo esto para fomentar la ilusión, nuestra ilusión. 
   Este es un mínimo ejemplo de cómo podemos encontrar en la situación mas inesperada, una simple mentira. Como esto, en nuestra propia vida solemos mentir, algunas veces de mayor medida y otras veces de forma mas disimulada. No solo el hombre miente durante su vida, sino que también incluso los animales lo hacen para sobrevivir, algunos se hacen los muertos ante una situación de peligro otros hacen creer que son de otra forma, pero de una u otra forma siempre acaban engañando a algo o a alguien.
  
   Por esto, debemos pararnos a pensar si verdaderamente decimos la verdad a lo largo de cada día que pasamos con los demás y si realmente está bien hacerlo o no.

Mentir es bueno

Toda nuestra vida nos han dicho lo mismo, mentir está mal, la mentira es un pecado que nos llevará al infierno... Pero paradójicamente todo eso es mentira. Todas las religiones están basadas en mitos y creencias que simplificadas son mentiras.
Vivimos en una sociedad en las que las mentiras gobiernan. Los más inteligentes son los que mejor mienten, y la sabiduría es poder. Ningún ciudadano medio como yo o como tú va a saber nunca la verdad. la verdad sobre como funcionan los gobiernos, como se rige la economía mundial, quién empieza las guerras y para qué. Todos esos gobernantes en la sombra que controlan las riquezas son los mayores mentirosos del mundo, pero se libran de la prisión porque muchos de ellos controlan o influyen las leyes de los países.


La realidad es esta, en un mundo controlado por mentiras, ¿por qué tendríamos nosotros que dejar de mentir? Decir la verdad nos pone en desventaja respecto a los demás, nos complica la supervivencia. La verdad no es más que una mentira que, de tantas veces que se ha repetido, ya aceptamos como nuestra.

¿Decir la verdad es una virtud?

La verdad es algo que es real y siempre se puede demostrar, sin tener ninguna duda, ya que en el momento que se plantee una sola duda, ya no será una verdad total, ya será una verdad a medias, dando lugar a mentiras.

La verdad puede: la fidelidad a una persona, a una idea....etc. La verdad es tener honestidad, ir siempre con buena fe y ser coherente con lo que se dice.

Las cosas, las personas son verdaderas cuándo son fiables, esto va cargado o unido a muchas cosas.

Siempre, a lo largo de la historia se ha cuestionado "la verdad", pero ¿Qué criterio o qué argumento hay para seguir la verdad?. La verdadera verdad sólo se alcanza con el entendimiento, con la razón, con el diálogo y por supuesto con la propia experiencia que nos da la vida a lo largo de los años. Así, por ejemplo, cuándo vamos teniendo más años, es decir, cuándo ya has madurado tienes o eres más consciente de lo que es la verdad y lo que conlleva la mentira, aunque por muchos años que tengamos y mucha experiencia de la vida, siempre existirá el engaño unido a la mentira y muchas veces a la traición. Por eso, la verdad va unida al corazón y al alma de cada persona.

La verdad siempre nos enorgullece, en cambio la mentira nos puede unir, hundir cómo personas.

Hay que hacerse unas preguntas de: ¿La verdad es subjetiva o objetiva?
                                                           ¿La verdad es absoluta o relativa?

Para mí, la verdad se puede enmascarar y enredar de muchas formas, pero aquí entra la conciencia de cada uno que es lo que no se engaña.

Para los relativistas, la verdad es lo que cada uno considera que es cierto y por tanto hay tantas verdades cómo opiniones, pero esto, hoy día, está desacreditado por los filósofos actuales.

Para mí, diría que desde que nacemos hay algo que aceptamos porque si o por fe, esto va unido a que el ser humano necesita de una verdad superior, porque la verdad terrenal se está desvirtuando cada vez más, pues ya no creemos en los que no gobiernan, no creemos en la justicia y, ¿Por qué ha pasado esto? Pues yo diría porque han perdido la honestidad, los valores, nos han engañado muchas veces y ya no los creemos, estamos desengañados.

Por eso pienso que siendo sinceros y honestos, estamos mejor con nosotros mismos, esto te hace ser feliz y harás feliz a todos los que te rodean.

   

Somos lo que mentimos

La mejor palabra para definir la mentira no es ni bueno ni malo sino sencillamente humano.Es tan propia de nuestro día a día como ir al instituto o el acto reflejo de respirar.Puede ser desde un método para la supervivencia hasta una fuente de ingresos,lo que nunca dejará de ser es pura imaginación.¿es mi propia personalidad una simple máscara de mis engaños?


Cuando una persona se levanta para empezar un nuevo día no lo hace planeando previamente que diferentes mentiras va a decir ese día, ni en que momento ni para que fin.Simplemente estas van surgiendo según transcurre la mañana.Las diferentes personalidades, actitudes y estados que manifestamos dependiendo de con quien nos estemos relacionando se solapan formando una capa que oculta nuestro más profundo y verdadero yo interior.Mas esto no solo afecta a los que rodean a cada uno, nosotros mismos nos creemos la gran película de ficción que hemos tramado lo cual nos otorga una seguridad que parece verificar lo que no es cierto.


Las mentiras se asemejan a una bola de nieve rodando por un valle nevado,a medida que desciende aumenta de tamaño y velocidad, pero finalmente acaba estrellándose o derritiéndose.Todo lo que decimos nos acaba rebotando como nuestro reflejo en el espejo.Y lo que empieza siendo una nimiedad insignificante termina como una decisión que marca el desarrollo de tu vida.


Un mentira puede significarlo todo o nada.De esto depende la importancia y convicción que le des y la actitud hacia ella de los demás.Es prácticamente imposible no mentir en toda una vida, pero tú puedes controlar la magnitud de tu engaño y el efecto de este.



Distorsión

Distorsión
¿por qué existe una distorsión? una compleja red de defensa y de procesamiento de datos de nuestro cerebro.

Nuestro cerebro está muy habituado a distorsionar la realidad, siempre de una forma que le resulte más cómoda, es decir , de todo el flujo constante de información que recibimos todo el rato, sólo una parte de esa información es la que interpretamos tal y como es, y es la verdad más puramente física, y a veces, ni eso.

Un estudio de hace poco, dice que solo soñamos con lo vivido. Y si os dais cuenta, los sueños están completamente distorsionados. quizá vemos un edificio de 37 plantas, al lado de un riachuelo en medio de un bosque, y podríamos jurar que eso era el colegio de los Escolapios en Granada, España. Simplemente lo distorsionamos lo que vemos y conocemos para adecuarlo a nuestros sentimientos, estados de ánimo y nuestras necesidades.

Esa es, en mi inexperta opinión, la mentira, el engaño, más básico que nuestro cerebro crea. Con eso nos entrenamos para absorber los golpes que nos den, y para mostrarnos ante situaciones de desconfianza. O para ocultarnos.
Esta distorsión también se aplica a los recuerdos. Probablemente si te grabase en una conversación durante cinco minutos, y cinco minutos después de esto te preguntase qué has dicho exactamente, no me sabrías decir nada de una forma 100% acurada.

En definitiva, 24h sin decir una verdad es muy exagerado, incluso puede que digamos la verdad de lo que percibimos, y no de la realidad, pero eso sí, nuestro cerebro es un arma muy potente de almacenado y borrado de datos, y hay que tener eso muy en cuenta.


Miento, luego existo.


Miento, luego existo


Para empezar a hablar sobre la mentira, cabe aclarar brevemente que es: se dice de una expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, cree o piensa. Dicho esto, hay que ser un poco radicales, e ir a la raíz del asunto, ¿por qué mentimos?
                                                            
En multitud de ocasiones la mentira llega a formar intrínsecamente parte de nuestra vida cotidiana, la empleamos con tanta frecuencia, que llega un punto en cual ni nosotros mismos somos conscientes de que estamos mintiendo, esto desvirtúa un poco el significado de la palabra, puesto que si no somos conscientes de que estamos mintiendo, ¿estás realmente mintiendo?, ¿puede convertirse una mentira en tu verdad? Como dijo el ensayista estadounidense Elbert Hubbard: “la mentira es un triste sustituta de la verdad, pero es el único que se ha descubierto hasta ahora”. Esto viene a decir que si con mucha frecuencia empleas una misma mentira, llega en un momento que se te olvida la verdad, y es aquí cuando caes en las garras del autoengaño, que aparece cuando deseas tanto que algo sea como tu quieres, que se te olvida como es realmente. A lo largo de la evolución del ser humano la mentira se presenta como un recurso indispensable para la misma evolución de este, puesto que es un recurso fácil de usar y muy efectivo a corto plazo.


         Partiendo de la base de que todo ser humano miente o ha mentido, los que frecuentan la mentira suelen ser personas acomplejadas o inseguras de si mismas, que mienten para buscar la aprobación o admiración de los demás.

Mi verdad de la mentira

Según la concepción de los filósofos clásicos el hombre sería un ser que lucharía por erradicar la mentira de la sociedad para conseguir que esta sea cada vez más segura y éticamente perfecta. Sin embargo según los descubrimientos neurobiológicos, evolutivos e incluso filosóficos la mentira es una estrategia que todos los organismos utilizan para sobrevivir y obtener ventaja frente a sus contrincantes. ¿Nos convierte esto en organismos determinados para utilizar la mentira como estrategia? ¿Esta estrategia la usamos sólo en relación con el entorno o la utilizamos con nosotros mismos? Como resultado de la batalla entre el uso de la mentira y la necesidad de detectarla se produjo un desarrollo del campo haciendo posible conseguir una capacidad cada vez mejor. ¿Pero es posible pensar que gracias a este desarrollo alcanzado el hombre es capaz de superar esos impulsos instintivos?
En el mundo real nuestra percepción es que la mentira funciona y obtiene resultados positivos. Lo podemos ver en la naturaleza con plantas y animales donde el camuflaje se usa como mecanismo de defensa pero también como ataque. Vemos además, que en las relaciones humanas esta estrategia también obtiene resultados positivos y constantemente estamos desarrollando mecanismos para mejorar por un lado la capacidad de engañar a los demás así como la posibilidad de detectar el engaño al que nos quieren someter. Podemos pensar que en las relaciones sociales nunca mostramos nuestras verdaderas intenciones para de esta forma obtener ventajas así como para conseguir seguridad y control sobre la situación.
Este afán de intentar ser siempre más que los demás, nos conduce en ocasiones a hacer un uso excesivo de la mentira, transformándonos en personajes total o parcialmente ficticios. Aquí podríamos aplicar aquello de que "los mentirosos tienes las piernas muy cortas". Si edificamos una vida sobre la mentira, ésta acabará por venirse abajo.
Pero podemos llegar más lejos y concluir que el hombre necesita la mentira como medio para llevar a cabo su vida y para ello construimos una imagen falsa tanto del mundo como de nosotros mismos. Esta capacidad de autoengaño mejora nuestra autoestima, nos vemos mejor y más positivamente de lo que realmente somos, así como construímos una imagen falsa y pasamos por alto las contradicciones a las que la vida cotidiana nos somete. Esta estrategia de autoengaño pasa, sin embargo desapercibida al hombre.
Hablando de la mentira, aparece por lógica complementaria, el término "verdad". Aquello que conocemos como verdad, ha sido dictado por el hombre, está sujeto a juicio y en realidad, nada es verdad para toda la humanidad. Son por tanto, dictámenes que el hombre formula con el anhelo de poder elevar a la categoría de verdad universal, pero quedan sin embargo rebajadas a mentiras disfrazadas.
      Pero podemos discutir si como consecuencia del proceso evolutivo que ha dado lugar a la aparición de nuestra inteligencia el hombre como ser que utiliza su libre albedrio puede superar el uso de la mentira. Desde el punto de vista moral, matizamos aquellas mentiras que son formuladas con el propósito de lograr un objetivo, de agradar a alguien, de dañar a alguien o simplemente de sobrevivir.
Moralmente, aquello a lo que nos conduce la mentira, no nos satisface. Unos cimientos falsos acaban por desmoronarse tarde o temprano y todo se nos viene encima.
      Para lograr aquello que nos proponemos, debemos imponernos a los demás, esto es cierto por cruel que resulte, lo importante es hacerlo a través de métodos legítimos, que nos permitan que al acabar el trabajo, podamos mirar atrás y sentirnos orgullosos de aquello que hemos logrado, y sobre todo de cómo lo hemos logrado.

La verdad sea dicha

     ¿Somos capaces de no mentir durante un día? Está claro que no, ¿Per acaso mentir es malo? Mentir es una herramienta de la comunicación con la que hacemos creer a los demás algo que está fuera de la realidad. El motivo por el cual una persona miente puede ser variado, pero por gusto no suele ser. Si una persona miente, suele ser para beneficiarse a sí mismo y ganar carisma o para evitar desgracias o cosas peores. Quien sabe mentir bien domina el arte de la conversación.
     Desde que somos chicos nos hacen creer cosas que no son verdad, y encima nos dicen que mentir es malo. Pero en verdad todos somos mentirosos, y el que diga que no es el primero. Incluso de mayores vivimos en una mentira: los políticos o famosos se expresan como si la crisis o la pobreza les dé pena, pero luego son los primeros que se gastan dinero público para lucrarse. La mentira puede llegar a ser peligrosa hasta para uno mismo. Las personas que cuentan muchas veces la misma mentira al final se la acaban creyendo, lo que les hace vivir en un mundo que no es real.
     Por otro lado, la mentira se puede utilizar para cosas buenas. Pero a veces las buenas intenciones acaban con malas consecuencias. Por ejemplo: un alumno deja a su compañero copiarse en todos los exámenes, por lo que éste no estudia. Ambos están engañando al profesor y a sí mismos. Llega la selectividad, y el alumno que se copiaba, al no haber aprendido nada, suspende. La intención del que le dejaba copiar era buena, per las consecuencias son claramente malas.
     Como conclusión, podemos decir que no siempre mentir es malo, depende de para qué lo utilices. A veces es mejor mentir, ya que algunas verdades duelen. Es imposible vivir en una sociedad en la que no haya mentiras, ya que mentir es una de las cualidades del ser humano que nos diferencia del resto de los animales.

La respuesta depende de ti

Verdad, mentira. Sinceridad, engaño. Son términos con los que convivimos a diario, y en cada acción que llevamos a cabo entran en juego. No hay cosa que hagamos o digamos en la que no nos planteemos si hacerle caso a nuestro “ángel” que nos habla por el oído derecho o a nuestro “demonio” que nos susurra por el otro. Uno nos dice actuar correctamente y el otro dejarte llevar por la mentira para alcanzar tu objetivo. Pero… ¿Es siempre nuestro “demonio” el malo de la historia?

Una cosa está clara, la mentira es una cualidad más del ser humano, y la ponemos en uso para llegar más lejos en nuestro objetivo cuando no funciona la transparencia en nuestras acciones. El engaño se ha convertido hoy en día en un mecanismo muy efectivo, ya que por defecto solemos creer que lo que vemos y oímos es verdad. En las campañas políticas se hace uso a menudo de esto último, aunque eso sería ya meterse en otros temas…

El engaño ha demostrado ser una característica ventajosa. Es algo flexible, se adapta a cualquier circunstancia en la que nos encontremos implicados y nos sirve como escapatoria ante algún problema, anteponiéndolo a decir la verdad, ya que esta podría ser comprometida por algún motivo. ¿Y qué pasa si nos descubren la mentira? Como seres humanos que somos, nos regimos por la ley del mínimo esfuerzo, por lo que preferimos inventarnos otra nueva mentira sobre la marcha a tener que decir la verdad y explicarla. 
Entonces, si recurrimos tanto al engaño (a veces incluso inconscientemente), ¿Porqué lo vemos como algo malo considerándose una costumbre diaria en nuestras vidas? Los individuos mentimos sabiendo que lo hacen nuestros semejantes pero confiando, y consiguiendo buena parte de las veces, que en nuestro caso la mentira consiga su objetivo; pero hay un problema: la mentira deja un rastro de derrota para nuestro orgullo. Además preferimos que nos digan la verdad a que nos mientan, ya que aborrecemos que nos engañen. En definitiva, al mentir herimos nuestro propio orgullo, ya que estamos haciendo lo que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros.

Los seres humanos somos de los pocos seres vivos, por no decir los únicos, que podemos resistir nuestros “instintos animales”. La respuesta a la pregunta de si has dicho alguna verdad en las últimas veinticuatro horas depende de nosotros mismos, ya que somos libres en elegir si decir la verdad o recurrir a la mentira. Tú decides. Y es eso, nuestra capacidad de negar nuestros impulsos y decidir por nosotros mismos lo que queremos es lo que nos distingue del resto de individuos.


Mentira, o también llamada, la gran verdad.

La verdad, al igual que muchos temas, ciencias e incluso personas en la vida se rige por ciertos criterios, véanse, la coherencia lógica, la autoridad, la evidencia… Al fin y acabo son métodos para hallar la verdad verdadera. Pero, ¿es estrictamente necesario saber cual es el criterio utilizado para conocer la verdad?             Muchas veces la verdad esta expuesta a críticas y contradicciones, pero empleando la lógica, al que ha dicho la verdad no debería preocuparle que sea cuestionada porque en teoría es incorregible.
            La verdad se puede ver afectada por diversas razones, por lo que también damnifica a sus criterios, ¿o no es así? El criterio de evidencia seria el que aparentemente es algo obvio, por ejemplo, una persona que tiene fiebre es consciente de que si toma una medicina especial su fiebre disminuirá mejorando así su estado, pero decide no tomarlo porque en ese momento dice que esa medicina no le va ha ayudar en absoluto, que simplemente produce un efecto placebo.  Esta persona esta diciendo que la verdad de que si tomas esta medicina te curas es mentira, no obstante esto no afecta de ninguna manera al criterio por el cual hemos deducido la verdad.
            En conclusión, lo que resalto de este texto es que no es necesario saber que criterio estas utilizando para conocer la verdad ya que lo importante es lograr acceder a la misma.


La mentira es nuestra sombra.

¿Hemos dicho alguna verdad en las últimas 24 horas?
Yo más bien preguntaría si no hemos dicho ninguna mentira, estamos condicionados por ellas, lo llevamos con nosotros, es como nuestra sombra, es evolutivo, aunque eso no quiere decir que todos mintamos ni que mintamos a los mismos niveles.

Hay quien dice lo que llamaríamos mentirijillas, mentiras que uno prácticamente no se da cuenta de que ha dicho, pero mentiras al fin y al cabo. Un ejemplo seria cuando quedamos con alguien y este nos dice: En 5 minutos estoy allí para luego tardar 10 en llegar, ¿es una tontería?, sí, pero sigue siendo una mentira.
En cambio, hay quién miente a lo grande, estamos también rodeado de ellos, estafadores, corruptos, políticos, pero tampoco tenemos que irnos tan lejos.

Pero no solo engañamos a los demás, también nos engañamos a nosotros mismos, lo conocido como autoengaño, pero no tiene por qué ser siempre mintiendo, algunas acciones pueden causar un efecto parecido, como cuando copiamos en un examen, no estamos diciendo ninguna mentira, pero es una en sí, el acto de falsificar nuestro conocimiento para obtener beneficio.

Y dentro de toda esta tormenta se encuentran otro tipo de mentiras, las buenas, las “Little lie”, mentiras que decimos para ahorrar dolor, para evitar que sufra la gente que queremos, son unas mentiras con un objetivo distinto, con un objetivo bueno. “El fin justifica los medios” decía Maquiavelo.

Tantas persona, Tan pocos humanos.

¿vivimos en un mundo de mentiras?


Para empezar esta disertación primero necesitamos saber ¿qué es la realidad?
Según el diccionario de la real academia española, la realidad es verdad, lo que ocurre verdaderamente, lo que es efectivo o tiene valor práctico, en contraposición con lo fantástico e ilusorio. Apariencia por lo contrario es el aspecto o parecer exterior de alguien o algo.


¿la realidad es la misma para todas las personas?
SI fuésemos preguntando a las personas la gran mayoría diría que no, ya que la realidad depende de sus sentimientos, experiencias y culturas. porque al igual yo veo que engañar está mal, para otras personas lo ven como una herramienta en su vida cotidiana
En otro punto de vista las gente diría que vivimos en un mundo de mentiras que a base contarlas  muchas veces nos hemos creído que eso es la realidad.

Entonces la gente se preguntará ¿porque vivimos en un mundo de mentiras?
Y la respuesta es que todo el mundo quiere ir por el camino fácil, es decir que hacen cualquier cosa mientras le facilitan la vida a ellos.

En mi opinión vivimos en dos mundos uno real y otro aparente.
La gente que vive en los países pobres , también los que se están muriendo de hambre , ellos viven un mundo real, mientras nosotros vivimos en un mundo aparente que nos da igual todo excepto cuando nos ocurre algo a nosotros.
Básicamente nuestro mundo se basa en solo utilizar al ser humano.


Para terminar, mi razonamiento sobre este tema es que todos vivimos en un mundo real pero cada uno lo hace aparente a su manera.