domingo, 1 de junio de 2014

No es tan malo como lo pintan

Los humanos, nos hemos acostumbrado a usar la mentira como un medio para vivir, sustituyéndola casi por completo por la verdad que hoy día tanto cuesta admitir. Tanto es así, que según un estudio, nos creemos una de cada dos mentiras, es decir nos creemos la mitad de ellas. Nos engañamos unos a otros constantemente, pero como nadie sabe nada, nos lo seguimos creyendo y no mejoramos en nuestra capacidad de detectar todas esas mentiras y entramos en un bucle de engaños del que es complicado salir. Sin embargo, ¿es engañar siempre algo malo? Puede que no sea así.
Realmente la mentira es útil a veces. Un claro ejemplo son los animales. Estos se hacen los muertos muchas veces cuando el ser humano se quiere aprovechar de ellos. La mentira que han hecho les ayudará luego a poder sobrevivir si es que las personas los despreciamos por “no tener vida”.  Hay que decir también, que este suceso de creernos la mentira de estos animales o de cualquier otra cosa, es porque, como dijo Feldman, nuestro cerebro tiende a creer que todo lo que ve y detecta es verdad. Así por ejemplo, cuando vamos por la calle y vemos a un señor “flotando” en el aire, tendemos a pensar que no es verdad, pero no somos capaces de ver el por qué, y nos acabamos creyendo su engaño y ahí es donde está la magia de estas personas.

Las reacciones que solemos tener cuando nos enteramos de que alguien nos ha ocultado la realidad sobre algo es en muchos casos enfadarnos. ¿Debería realmente eso ser así? Siendo objetivos, no. Porque todos mentimos alguna vez y no es agradable que alguien se ponga en tu contra por haber hecho algo mal. Más que nada, deberíamos aprender a ponernos en la situación del otro y ver qué le ha podido llevar a mentir y si es razonable o no. La actitud que solemos tener ante la demostración de una mentira demuestra que los seres humanos miramos poco más allá de nuestro ombligo, sin saber qué ha podido llevar a otra persona a realizar este tipo de actos.


La mentira no es al fin y al cabo algo tan malo, es simplemente algo que los humanos tenemos que utilizar como un recurso para salir de situaciones que no serían idóneas para todos, y muchas veces nos alivia bastante de cargas que pueden resultar bastante pesada. Mark Twain dijo una vez: “Nadie podría vivir con alguien que dijera siempre la verdad”. Y qué razón tenía. Imagina vivir con alguien que nunca mintiera, te daría más de una decepción porque como se suele decir, la verdad duele.

No hay comentarios:

Publicar un comentario