domingo, 15 de diciembre de 2013

Entre la teoría y la práctica

Etimológicamente, democracia proviene del griego demos (pueblo) y krátos( poder), es decir,  predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado. Pero dejando a un lado lo puramente teórico, ¿se podría decir que en España existe una democracia?
Según esta definición, el pueblo tiene derecho y libertad de opinión, podría influir en las decisiones que lleva a cabo el gobierno, de modo que el poder no residiría en una sola persona. Sin embargo, en lo único que nos permiten ser participes es en elegir cada cuatro años al grupo político con el que nos sintamos más identificados  en ese momento, dando lugar a que ese grupo de personas dirijan como crean conveniente nuestro país. Aunque a veces, debido a las circunstancias y a los tiempos en los que vivimos no cumplen aquello que prometieron.

A cada uno de los ciudadanos, a los que nos influyen todas esas decisiones, no se nos permite formar parte de aquello que se dicta o se impone, pero no directamente, sino indirectamente consiguen atemorizarnos o hacer que nos sentamos pequeños ante lo que significa gobernar. Esto es lo que nos provoca que dudemos acerca de si tenemos un Estado democrático o solo nos lo pintan así.

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