jueves, 5 de junio de 2014

La mentira es nuestra verdad.



La mentira y la verdad son valores inseparables del ser humano, donde esta la verdad, bajo su sombra, también esta la mentira. Ambas son valores basicos en nuestra vida, pero ¿somos capaces de discernir entre ambas?.

La verdad y la mentira son valores que determinan nuestra realidad, cuanto más usemos una u otra nuestra percepción de la realidad variará. La verdad nos da una percepción de la realidad mas fiable ya que se basa en las cosas tal y como son. En cambio, la mentira distorsiona nuestra realidad.

La mentira es el contrapuesto de la verdad. Se basa en la distorsión de la realidad mediante engaños. Esto ocasiona que las persona a veces se autoengañen, que vivan en una realidad modificada al capricho de cada uno porque a veces nos cuesta aceptar la verdad. Generalmente, el ser humano usa la mentira para su beneficio propio, para sacar una ventaja, ya que controla la situacion a su antojo sin que los demás nos demos cuenta de ello. Pero esto tiene una desventaja que en muchas ocasiones no tenemos en cuenta. Es cierto que la mentira nos puede beneficiar en algunos aspectos pero tambien nos perjudica en otros y no solo a nosotros, sino a los demás. 

La mentira hace que la verdad quede oculta bajo un manto que los demás no podemos traspasar. Esto ocasiona que aunque la mentira nos beneficie puede que a otros les perjudique de algun modo por no querer aceptar la realidad por miedo a que piensen los demas o por no querer aceptar la responsabilidad que conlleva.

Como ultimo aspecto hay que señalar que aunque la mentira nos da cierta ventaja sobre los demás, a la larga nos puede perjudicar. En el caso contrario, la verdad nos beneficia tanto a los demás como a nosotros mismos tanto a nivel ético como a nivel personal. 


domingo, 1 de junio de 2014

¿Sois sinceros?

¿Es la vida tan fácil para que sepamos lo que decir en cada momento y no necesitamos una salida, un plan b, algo que te saque de apuros?, en ese caso ¿engañar estaría justificado?
 La verdad es información que damos sin cambiarla ni modificarla, algo que decimos a los demás sin miedos, pero no es tan fácil, por ejemplo: cuando tienes que hacer algo importante y no lo haces y tus padres te piden explicaciones, o cuando sacas peores notas de las que esperabas...
En fin, la verdad es lo que usamos cuando no tenemos con que responder o defendernos ante alguna pregunta o acusación.
En cambio la mentira es una artimaña o recurso que usamos cuando no sabemos que responder o simplemente la usamos para sobrevalorarnos o a alguien o a algo, esta la podemos usar en muchas ocasiones ya que es algo que al ser humano no nos cuesta pero que no deberíamos usar ya que con su uso conseguimos la desconfianza de mucha gente

¿Mentir como forma de vida?

El engaño es una característica que permite manipular la realidad para que sea de nuestro agrado pero, ¿el engaño puede estar tan conectado a nuestra forma de vida como para formar parte intrínseca de ella? ¿Vivimos en una realidad falsa llena de mentiras?

Desde la antigüedad el engaño ha sido imprescindible para el éxito evolutivo. Los antepasados luchaban con astucia siendo la mentira  el arma para conseguir sus objetivos.  La mentira ha existido siempre como una cualidad muy ventajosa, gracias a la cual podemos crear falsas realidades y utilizarlas en nuestro propio beneficio. Con ella manipulamos la mente de los demás e incluso podemos manipular nuestra propia mente creyéndonos nuestras propias mentiras. Es esta mentira la herramienta para aislarnos de la realidad cuando no queremos aceptarla y nos sentimos abrumados ante ella. Nos engañamos a nosotros mismos, reprimimos los recuerdos, inventamos otros, racionalizamos el comportamiento, elevamos la  opinión que tenemos de nosotros …todo  para nuestra mayor satisfacción, ya que todos preferimos una mentira que te haga feliz que una verdad que te haga llorar. Tantas utilidades del engaño hacen que continuamente por una o por otra cosa mintamos y vivamos en una realidad ficticia. Además, Al igual que nosotros mentimos, también estamos rodeados de una gran cantidad de mentiras, de las cuales solo somos capaces de captar la mitad de ellas. Y así, si vamos más allá podemos decir que toda la sociedad y los sistemas establecidos  y el gobierno es una gran mentira que aceptamos como verdad. Pero más allá de todo esto poseemos una conciencia humana que nos advierte que este no es un modo correcto de vida y a la larga lo único que hace es perjudicarnos.

Sean cuales sean las mentiras está claro que ocupan una gran parte de nuestra existencia  y las hemos interiorizado como una forma de vida incorrecta y falsa de la que deberíamos desprendernos y vivir en la verdad y de una manera más sencilla. 

Mentiras como forma de vida

Antes de nada el significado de la palabra mentira es: Una mentira es una declaración realizada por alguien que cree o sospecha que es falsa en todo o en parte, esperando que los oyentes le crean, ocultando siempre la realidad en forma parcial o total.

Nuestra vida se basa mayoritariamente en las mentiras ya que las mentiras nos ayudan a “defendernos” debido a que gracias a las mentiras podemos ocultarnos y ser quien en realidad nos somos. Todo el mundo a mentido alguna vez en su vida solo por el hecho de salir ganando en una situación en la que estaba claro que si se decía la verdad saldría perdiendo. Los seres humanos realizamos este acto de  forma refleja la mayoría de las veces solo por intentar salir ganando nosotros a pesar de que debido a esa mentira otros puedan salir perdiendo. Aunque normalmente mintamos no quiere decir que sea algo malo el mentir.

Es algo malo en el momento en el que esas mentiras se convierten en algo patológico y empiezas a mentir como mecanismo, en ese caso pasas de mentir como manera de defensa a mentir como manera de satisfacerte, y esto es como el alcoholismo que aunque te trates en cuanto te pongan alcohol delante tuya vas a intentar bebértelo, es decir que aunque seas tratado por un terapeuta siempre vas a tener la necesidad de mentir y la primera de cambio que te veas con necesidad de mentir lo harás.

En definitiva mentir es bueno pero siempre con precaución.

CONCIENCIA

¿Por qué mentimos? ¿Cuándo lo hacemos? El ser humano desde que tiene entendimiento utiliza la mentira.¿Por qué le miente un niño inocente a su madre cuando le pregunta si ha roto el jarrón? Pues básicamente por miedo al castigo.
¿Por qué seguimos mintiendo cuando nos hacemos mayores si ya no nos castigan?.Se nos aumentan los miedos: miedo al rechazo, miedo a perder tu trabajo, miedo al qué dirán, miedo al mostrarte como eres, personas que su vida es una pura mentira e incluso se engañan así mismos, mentiras para ganar dinero, votos, información manipulada .... Esta claro que la sociedad en la que vivimos se mueve así, hasta el punto en que únicamente confiamos en las personas con las que dormimos pared con pared. ¿Podría darse un mundo sin mentiras? Un mundo sin mentiras es una utopía,  la mentira es consustancial al ser humano, no queremos sufrir, que no sufran los demás y sacar el máximo beneficio.
El doctor le niega la enfermedad terminal  al paciente, uno se ve mejor persona así mismo de lo que es, el tendero vende unos yogures caducados por un día.
En esta sociedad mentirosa irremediable, el individuo se  analiza y usa la mentira únicamente frenada por su conciencia.

Somos personas

Mentira es la falta de verdad o tergiversación de la misma con fines de evitar una sanción o reproche, hacer daño, obtener un beneficio, para lograr el aprecio de otro, para ocultar una realidad dolorosa o vergonzosa, para evitar un sufrimiento (mentira piadosa) o simplemente por hábito, realizada en forma deliberada. El que miente habitualmente se llama mentiroso, pues fabrica una realidad que no existe, y a veces puede llegar a creer en sus propias mentiras
Todos deseamos quedar bien ante los demás. Nos importa demasiado lo que opinen de nosotros, es un cierto narcisismo oculto, algo que creemos que no somos pero que en realidad llevamos grabado en nuestra impronta.
Nuestro cerebro lleva marcado a través del ADN una serie de impresiones ancestrales, algo que generación tras generación hemos ido heredando, el ser humano es así, muestra ser humilde, devoto, empático, cuando en realidad es todo lo contrario, primero yo y después lo que venga, incluso el más piadoso de los hombres busca llamar la atención con su exagerada bondad.
Mentimos para ocultar nuestra verdadera cara, para quedar bien ante los demás, para salir de un apuro, para que nos quieran más que a otro, pero siempre con el mismo fin, aparentar lo que no somos, sacar el máximo provecho de nuestra imagen. Sea cual sea nuestra circunstancia en el día a día, solemos mentirnos a nosotros mismos para engañar a los demás con falsas apariencias.

¿Has dicho alguna verdad en las últimas 24 horas?

El motor de la ilusión
“¡Han llegado los reyes!” Esta frase sale por la boca de niños emocionados mientras despiertan a sus padres todos los años en millones de hogares del mundo. Y esta frase es una mentira. Una mentira que moviliza todos los años a millones de personas en los lugares más recónditos del planeta. Pero al fin y al cabo, no es algo que le produzca daño y secuelas morales a nadie. Todo lo contrario. Llena de alegría y emoción a los más pequeños, y de ilusión y expectativas las semanas previas por ver cumplidos sus deseados caprichos.
Todos los años escuchamos frases del estilo de “Vamos a bajar los impuestos”, “Vamos a subir el salario mínimo” o “Va a bajar la cifra del paro” en una serie incontable de meetings políticos, que aparecen en la portada de numerosos periódicos nacionales y que resumen el guion de noticias y telediarios. Estas afirmaciones son el resultado de promesas electorales debido a las cuales miles de votantes acuden a las urnas a dar su apoyo a uno o a otro partido político, fruto de la ilusión por una futura situación del país mejor a la actual. Pero todas estas promesas suelen quedarse en un engaño.
Estos ejemplos ratifican que la ilusión en muchos casos suele ser fruto del engaño. No podemos saber si esas promesas de los políticos van a ser realidades en un futuro, pero si tuviésemos que apostar porque van a cumplirse, un razonamiento lógico nos llevaría a no hacerlo.

En cambio, la ilusión que siente un niño en el día de epifanía, su esperanza por convertirse en Cristiano Ronaldo, en Messi o en una princesa, no es comparable con la de un adulto por el cumplimiento de unas promesas políticas. Pero estas fantasías que tanto ilusionan al niño, son un engaño, o al menos en su gran parte, de manera que esta ilusión esta movida y condicionada por la mentira.