sábado, 31 de mayo de 2014

La mentira cual iceberg

La mentira es, en realidad, algo que está presente en nuestro día a día, no mentimos sólo cada vez que no le decimos la verdad a alguien, sino cada vez que no somos nosotros mismos, que no decimos lo que pensamos o que no mostramos nuestra verdadera forma de ser, eso también es mentir, ya que estamos dejando ver una de nuestras infinitas caras de quita y pon. Con lo cual, es realmente difícil no haber mentido en un día entero.

 La mentira no es algo específicamente humano, la mentira es usada por todo tipo de seres, desde los genes que se copian unos a otros, hasta los camaleones los cuales camuflan su piel. Aunque el ser humano ha llevado la mentira a un nuevo nivel, la mentira humana es extraordinariamente sofisticada, y está tan asimilada en nuestro día a día que la mayoría de las veces que mentimos, no sabemos ni que lo estamos haciendo. Por ejemplo, cuando estás hablando con un profesor y te comportas de una forma especialmente educada, estás mintiendo, no estás mostrando tu verdadera forma de ser, sólo estás mostrando una manera que has aprendido de comportamiento ante ciertas personas, no es tu manera de actuar real. Y, cuando hablamos de mentir a alguien inconscientemente , en realidad, antes que a él, nos engañamos a nosotros mismos creyendo que nuestra propia mentira es verdad, creando una burbuja de mentiras que asemejan una realidad falsa.

Y, ¿cómo podemos saber cuándo nos mienten, o cuándo no? La mentira, como ya he dicho antes, ha llegado a un nivel de complejidad increíble. Hay una media de un 47% de posibilidades de acertar en si alguien está mintiendo o no, es como tirar una moneda al aire, es pura casualidad adivinar y, no sólo eso, sino que hay más posibilidades de adivinar si alguien miente a través del inconsciente. Es esa sensación que te invade cuando crees que te ocultan algo la que el inconsciente nos hace transmite.

Como podemos comprobar, en realidad, la mayor parte de la mentira pasa cada día ante nuestros ojos, y ni siquiera nos damos cuenta, hay veces que lo hacemos sin saberlo y otras que sabemos que estamos rodeados, aunque no queramos relacionar esa sensación de rareza a lo que realmente nos quiere transmitir, la falta de realidad. Y, a pesar de no ser algo únicamente humano, nosotros somos los que hemos llevado a la mentira a un nuevo nivel, a un nivel en el que la parte de nuestro cerebro de la que menos consciencia tenemos, forma una buena parte.

La mentira que conocemos no es ni una cuarta parte de la amplitud de la misma

Mentira Como Moneda de Cambio


Mentir  está a la orden del día. Usamos la mentira como moneda de cambio ante cualquier compromiso y estamos acostumbrándonos a ellas. Pero, al engañar a otro, ¿nos estamos engañando a nosotros mismos?
Cada individuo sabe que todos sus semejantes mienten, cada día que pasa hallamos más habilidad y destreza en el arte del engaño y casi se está viendo como algo normal.
Como dice Feldman: “El engaño ha resultado ser una cualidad ventajosa “. Destacamos que el que engaña tiene la iniciativa, no solo de crear el suceso relativo con la creatividad y flexibilidad que guste en ese momento, sino de obtener una segunda información y ocultársela al su oyente.
Solemos mentir sin darnos cuenta ya que la mentira nos parece tan insignificante que pasa desapercibida en nuestras acciones cotidianas y la asumimos la mentira como argumento vital. Por ejemplo, al peinarnos y echarnos colonia para camuflar nuestro aspecto y olor. Nos creemos lo que olemos o lo que queremos oler, o como decía Feldman , nos creemos lo que vemos o lo que queremos ver y destruimos la información después de captarla.

Hay muchas excusas para usar la mentira, lo cierto es que todo está en  nuestra mente y depende de nuestro propio juicio, aunque estamos convencidos de que sabemos captar cualquier  mentira.  Pero solo seremos capaces de decir la verdad si esa verdad es una defensa a toda costa.

El mundo necesita mentiras

Las mentiras han llegado a tal nivel de aceptación en nuestra sociedad que la utilizamos como excusa para todo. No somos conscientes de las veces que la utilizamos como recurso en la vida real, bien sea para salir de un apuro en el colegio, hacerle una broma a un amigo o para que nuestros padres no nos regañen. No somos los únicos que utilizamos la mentira, la mentira es un recurso de todos los seres vivos, desde los mas pequeños a los mas grandes.

El ser humano al ser lo mas inteligente utiliza por tanto las mentiras, engaños y camuflajes mas complejos llegando al punto en el que nos engañamos a nosotros mismos. Siempre decimos que queremos saber la verdad pero, ¿esto es cierto?. Nos pasamos el día mintiendo pero a su vez suplicando que no nos mienten a nosotros. ¿Si la mentira existe de hace tanto tiempo, no será que la necesitamos? ¿Es una forma de defensa?

La mentira la utilizamos como mecanismo para defendernos en cuanto podemos e incluso nos engañamos a nosotros mismos. Creemos lo que queremos creer, lo que nos conviene, ya sea mentira o verdad y si lo pensamos detenidamente el mundo se a formado a base de mentiras, todos mentimos y casi nunca decimos la verdad, es mas, la mayoría de las veces no acertamos si es verdad o mentira lo que nos dicen. Cuando nos dicen la verdad nos duele aunque necesitemos saberla. Somos felices mintiendo, mentimos a todas horas, mentimos tanto que llegamos a cuestionarnos si hemos dicho alguna verdad en las ultimas 24 horas.

Atajos.

¿Mentimos adecuadamente?

Una mentira es una declaración realizada por alguien falsa en todo o en parte, esperando que los oyentes le crean, ocultando siempre la realidad en forma parcial o total. Es una capacidad social integrada en el ser humano dedicada a mejorar las relaciones con los demás; es una característica para sobrevivir. Es decir, la mentira es una parte de nuestras vidas.No nos van a calificar por mentir bien o mal, o mejor o peor, simplemente tenemos que mejorar la mentira con la técnica. En ciertos casos es mejor mentir o incluso mentirnos a nosotros mismos para poder salvar un situación. La mentira es un atajo vital para el ser humano.

Cuando vamos a una peluquería a cortarnos el pelo mentimos al menos tres veces, la primera mentira es hacia nosotros mismos pensando que todo va a salir bien y como nosotros hemos pensado; la segunda, cuando terminan de cortarte el pelo y tienes que decirle al peluquer@ que está genial y te encanta el corte; y la tercera, cuando llegas a tu casa y te engañas a ti mismo diciéndote que no está tan mal.

Aquí hemos utilizado la mentira como atajo en los tres casos, en el primero nos mentimos diciéndonos eso para no ir de mala gana al peluquero o simplemente no ir, en el segundo caso utilizas la mentira como atajo social para no crear una mala relación con otra persona y en el último caso nos engañamos a nosotros mismos para no pensar continuamente que estamos muy feos con ese nuevo peinado.

Si la mentira fuera únicamente una atajo vital del humano estaríamos haciendo un uso perfecto de ella, es decir mentiríamos adecuadamente, el problema que no podemos olvidar de la mentira es que es una capacidad poco controlable, es algo que muchas veces no podríamos calificar como acción ya que la realizamos inconscientemente. De tal poder es la mentira que podemos vivir en una ficción constante; desarrollar a través de nuestro inconsciente una personalidad, una manera de actuar y unos ideales vitales no propios, influenciados por cosas que vemos, escuchamos o sentimos que son llevadas hasta nuestro interior no consciente.

La mentira, el camino fácil.

A mi parecer podemos destacar varios tipos de mentira; en concreto 3:
  • Mentiras malas/maliciosas: Aquellas que no benefician a nadie y dificilmente al que las dice. Se utilizan para hacer daño y dejar mal a personas. Un ejemplo sería las injurias o bulos sobre otras personas.
  • Mentiras 'piadosas': Se usan para evitar males mayores u otro tipo de situaciones. El típico: '¿Me queda bien el vestido?' o '¿Está buena la comida?'; en las que si la respuesta real es no, se suele contestar con un sí.
  • Mentiras humorísticas o bromas: Con, simplemente, una finalidad humorística y de entretenimiento.
Según ese tipo de mentiras la realidad se puede afrontar de varias maneras:
A través de la verdad, siendo honesto en todo momento y vivir lo que ello conlleva. Afrontando los problemas de primeras e intentando sobrellevarlos. Puede que sea la forma menos indicada de vivir, ya que muchas veces sólo trae problemas, pero después de todo te puedes llegar a sentir bien contigo mismo al ver que se es sincero y que al afrontar esos problemas lo más probable es que desaparezcan. No se usa ningún tipo de mentira, tal vez la humorística a veces.

A través de la mentira, mintiendo y ocultando cosas. El camino fácil, un camino en el que se evitan muchos problemas y quebraderos de cabeza. Se utilizan todos los tipos de mentiras, y normalmente carece de recompensa moral como en de la verdad. El uso de la mentira maliciosa suele ser

A través de 'ambos', de forma mixta. Saber cuando usar cada uno, sin hacer uso apenas de la mentira malicosa. Se utiliza, como he dicho antes, la verdad y la mentira, la piadosa y humorística mayoritariamente, cuando es conveniente. A mi parecer la mejor manera, sin ser tan extremista como las anteriores, e intentado lo mejor tanto para ti como para los demás.


Cada uno en esta vida sigue su camino y lo que a él le parece más correcto, cada uno con sus valores morales y puntos de vista, pero unos donde, si perjudican, que sea a ti, y no a los demás.

A veces me llamo Isidro

El ser humano es mentiroso por naturaleza, usa la mentira como medio para evitar o llegar a todo tipo de situaciónes, generalmente enfocada a su propio beneficio. Nunca hablamos sobre ella, pues es algo que en el fondo nadie quiere admitir que usa constantemente en su día a día, y aun siendo tan impredecible, se ve venir desde lejos. Es muy llamativa la idea de que a parte del sexo y el dinero la mentira es lo siguiente rueda que mueve el mundo... 

 Es tal el grado de desarrollo de la mentira en nuestra sociedad y en nuestra vida que es algo que vemos con total naturalidad e incluso utilizamos con nosotros mismos cerrando nuestra visión a la cruda realidad que a veces nos envuelve, inventando nuevos mundos por los que movernos y mostrar a los demás, es decir, autoengañándonos. Se podría afirmar que nunca podremos conocer a alguien en toda su totalidad pues casi nadie deja entrar a otro en su mundo más interior, donde la mentira no existe, donde cada uno es como es, sin máscaras creadas mentira a mentira. Estas máscaras se crean sistemáticamente, sin darnos si quiera cuenta ya que como menciono anteriormente, está tan arraigado, que esas pequeñas mentiras son algo sin ninguno tipo de significado para nosotros, algo que hacemos instintivamente, como si estuviera guiado por el subconsciente. Lo increíble es cuando llega un punto en el que nos creemos las máscaras, viéndolas como algo más verdadero que lo que realmente somos.


En un segundo bloque, dejando a un lado los autoengaños o mentiras sobre nosotros, están las mentiras que usamos para conseguir aquello que queremos. Es tal el coste de nuestro placer y bienestar hoy en día, que no nos importa el cómo alcanzarla, y claro, lo mas sencillo, el camino rápido, es mintiendo. Ya sea para conseguir un trabajo o ganar un premio por ejemplo, el ser humano usa la mentira generalmente escudada en que el fin justifica los medios, sin importar a quien se lleven por delante. Pero no nos damos cuenta de que la mentira es util a corto plazo y nos destruye a la larga. Es duro darse cuenta de que todo lo que tienes en la vida lo has conseguido a base de trampas y mentiras, ver como todo a tu alrededor es puro vacío, como si fuera otra mentira.

Así es la mentira, un manto de ideas que recubre las verdades, que las encierra dentro de un búnker y que a fin de cuentas tenemos en nuestra mano abrir y no queremos, porque el ser humano siempre busca su beneficio del modo mas fácil posible y la mentira es uno de esos modos, una forma de pasar un obstáculo sin saltarlo. Sin embargo no podemos olvidar que la mentira es nuestra perdición si no sabemos controlarla y que si hacemos algo por nosotros mismos con la verdad por delante nos sentiremos infinitamente más gratificados y tendremos la conciencia tranquila de saber que lo que tenemos es fruto del juego limpio.

viernes, 30 de mayo de 2014

El camino que siempre lleva donde queremos


A lo largo de la vida aparecen problemas que ponen nuestro orgullo en peligro, por eso creamos una realidad paralela que la mostramos a los demás como si de la propia realidad se tratase. La mentira es un camino fácil pero la pregunta no es por qué mentimos a los demás, si no por que nos mentimos a nosotros mismos.

¿Que hecho en la vida puede hacer que nos inventemos una realidad tan compleja que nosotros mismos nos la creamos sin darnos cuenta? Muchas veces cuando nos ponen en evidencia nos inventamos cualquier mentira para no herir nuestro orgullo, y en cuestión de segundos, inventamos una mentira tan sumamente compleja que en ocasiones llegamos a olvidarnos de que es más que una mentira, de hecho, tan solo la mitad de las mentiras que contamos o que nos cuentan son descubiertas.

La mentira podría ser definida como una capacidad que aparece con la necesidad de crear nuestra propia realidad para ajustarlas a nuestros conveniencias sin importar si tiene que ver o no con la verdadera realidad. Realmente la mentira es una capacidad positiva que como todo en la vida puede convertirse en algo negativo si se abusa de ella. ¿El que mejor miente mas inteligente es? Puede ser, ¿y por qué no?, inventarse una mentira en cuestión de segundos que se ajuste a tus necesidades y que no desentone con la realidad para que los demás se la crean es un verdadera hazaña digna de un pensador.

El mismo Aristóteles se cuestionó las bases de las mentiras, pero no era algo fácil, es más, es algo tan sumamente abstracto y subjetivo que se hace difícil tan solo de definir o de buscar una patrón que explique lo que nos lleva a mentir o a autoengañarnos con tanta frecuencia.


La mentira es una camino fácil, pero hay que saber recorrerlo sin salirte. Tendemos a engañar y a engañarnos de forma automática para solucionar fácilmente los problemas, pero igual que engañamos, nos engañan, ¿no sería mejor vivir nuestra propia realidad que inventarnos una paralela?

Tropezamos dos y mil veces con esta piedra

     Vivimos en una sociedad mentirosa. Desde siempre ha sido así y, por increíble que parezca, esto nos a ayudado a evolucionar más de lo que nosotros pensamos. Pero, ¿Sabemos cuándo hay que mentir?¿Sabemos lo que hacemos cuando decidimos mentir? Si hay tantas mentiras. . ¿Cómo es que no nos damos cuenta de que nos mienten constantemente?
     Una persona puede ser más mentirosa o menos dependiendo de sus inseguridades, de lo que ésta esperaba ser y lo que es. Pero hay una mentira que nos une a todos como seres humanos que somos, la mentira piadosa. Ésta es la única mentira aceptada, ya que lo haces por el bien de alguien, que necesita escuchar algo en concreto, no lo que está pasando en realidad. Ése sería el momento justo de mentir, y por desgracia, en esta sociedad, cualquier momento es bueno para soltar una mentira, sea o no de este tipo.
      Cuando mentimos, no solo engañamos a los demás sino que también nos autoengañamos, y tarde o temprano, esto repercutirá en algo. Lo soltamos sin pensar, para subirnos la moral, para creernos mejor que alguien, sin tener en cuenta que todo lo que sube, baja. Con esto, abusamos de la confianza que tienen en nosotros las demás personas, y aunque lo lógico sería que ésto no nos llevase a nada, aquí seguimos, mejorando día a día.
       Si mentimos a diario y por tanto, nos mienten a diario (algo en lo que no caemos, si mentimos, también nos mienten), cómo no nos damos cuenta de ello. Si estamos tan acostumbrados, las primeras si nos las creeríamos, pero deberíamos ir aprendiendo. . . y no lo hacemos. Seguimos confiando en la gente, igual que la gente confía en nosotros, y ésto es lo que nos ha hecho seguir avanzando, la confianza.
       Hay que saber cuándo y cómo hay que mentir, no buscando el beneficio propio, porque nunca lo va a haber aunque parezca que sí. No controlamos el futuro, y decir una mentira supondrá algo tarde o temprano, que seguro pasará en los peores momentos. La mentira es una de las pocas piedras con las que el ser humano tropieza casi todas las veces que se la encuentra, no sabemos saltarla o bordearla, pero esto no nos ha impedido seguir evolucionando.

La verdad sobre la verdad y la realidad de las mentiras

El problema que tenemos al decir que algo es verdad, conlleva preguntarse, ¿cuáles son las cosas que nos lleva a decir que algo es verdad?

A lo largo de la historia, se ha visto la verdad como algo que explicar de forma coherente y fiel a la realidad.
Esto, se explica de forma muy simple, la realidad se impone a la mente y el conocimiento corresponde a la realidad. 

Al cabo del tiempo, los pensadores se dieron cuenta de que entre distintas persona, existían diversas formas de pensar sobre una misma cuestión. Para entender esto, empezaron a hacer la distinción entre opinión y razón, haciendo ver que esta última es la única que puede proporcionar un conocimiento verdadero de la realidad.

Por otro lado encontramos la mentira, es algo que la gente utiliza para esconder la verdad de las cosas
Uno puede ser un mentiroso y no tener conciencia plena de serlo, de hecho hay muchísimas personas que viven mintiendo, su conducta, se basa en una mentira sistemática, fomentada por el autoengaño.
Como decía Nietzsche, la mentira más común es con la que el hombre se engaña a sí mismo. 

La verdad y la mentira, son cuestiones relativas, dependiendo el punto de vista desde el cual juzgas, pero únicamente, cuando la razón del hombre puede superar las apariencias de las cosas y puede, distinguir la esencia de las mismas, la verdad es una realidad.




viernes, 9 de mayo de 2014

¿Has dicho alguna verdad en las últimas 24 horas?

PARA TRABAJAR LA DISERTACIÓN

Os dejo el siguiente enlace:

https://drive.google.com/folderview?id=0B9f0cBm2lWxhUWNJTEJpSUlScmc&usp=sharing