sábado, 31 de mayo de 2014

Mentira Como Moneda de Cambio


Mentir  está a la orden del día. Usamos la mentira como moneda de cambio ante cualquier compromiso y estamos acostumbrándonos a ellas. Pero, al engañar a otro, ¿nos estamos engañando a nosotros mismos?
Cada individuo sabe que todos sus semejantes mienten, cada día que pasa hallamos más habilidad y destreza en el arte del engaño y casi se está viendo como algo normal.
Como dice Feldman: “El engaño ha resultado ser una cualidad ventajosa “. Destacamos que el que engaña tiene la iniciativa, no solo de crear el suceso relativo con la creatividad y flexibilidad que guste en ese momento, sino de obtener una segunda información y ocultársela al su oyente.
Solemos mentir sin darnos cuenta ya que la mentira nos parece tan insignificante que pasa desapercibida en nuestras acciones cotidianas y la asumimos la mentira como argumento vital. Por ejemplo, al peinarnos y echarnos colonia para camuflar nuestro aspecto y olor. Nos creemos lo que olemos o lo que queremos oler, o como decía Feldman , nos creemos lo que vemos o lo que queremos ver y destruimos la información después de captarla.

Hay muchas excusas para usar la mentira, lo cierto es que todo está en  nuestra mente y depende de nuestro propio juicio, aunque estamos convencidos de que sabemos captar cualquier  mentira.  Pero solo seremos capaces de decir la verdad si esa verdad es una defensa a toda costa.

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